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Reconciliarte con tu ansiedad: el primer paso hacia una vida más plena

Actualizado: 23 may

¿Y si la ansiedad no fuese un enemigo que vencer, sino una aliada que aprender a escuchar?



Durante años, la ansiedad ha sido vista como una amenaza que debemos erradicar. El enemigo. Pero en consulta he podido acompañar a muchas personas que, lejos de eliminarla, han aprendido a comprenderla. Porque solo cuando dejamos de luchar contra ella y comenzamos a interpretarla, puede transformarse en una guía valiosa para el cambio personal.


La ansiedad no debe abordarse como un trastorno aislado ni como un síntoma a eliminar con urgencia. En consulta, la estudiamos como un mensaje que revela aspectos desatendidos de nuestra vida: rutinas que nos dañan, pensamientos que nos limitan, vínculos que ya no nos nutren. Desde esta perspectiva, el objetivo de la terapia no es “matar la ansiedad”, sino reconciliarnos con ella y traducir su mensaje.


¿Cómo entender el mensaje de la ansiedad?


La ansiedad tiene un mensaje, pero al principio llega en un idioma que no conocemos. En las primeras fases, todo es confusión, miedo e inseguridad. Por eso, en terapia trabajamos para traducir ese mensaje, para que puedas descifrar lo que está intentando decirte:


  • Que quizás has vivido demasiado tiempo en modo automático.

  • Que llevas tiempo postergando decisiones importantes.

  • Que necesitas revisar tus hábitos, tu ritmo y tus prioridades.

  • Que tu forma de enfrentarte al malestar puede estar alimentando más miedo.


Este proceso implica curiosidad, compromiso y paciencia. No buscamos fórmulas mágicas, sino una transformación real: conocerte mejor, recuperar tu capacidad de elección y construir una vida más alineada contigo.


Y sí, cuando todo esto ocurre, la ansiedad deja de ser protagonista.


La terapia no elimina lo humano, pero sí puede ayudarte a vivir con más claridad, más sentido y menos sufrimiento. Si sientes que la ansiedad está pidiendo ser escuchada, estoy aquí para ayudarte a entender su lenguaje.


Porque tú no eres tu ansiedad. Eres todo lo que haces con ella.




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  • Psicologo Alexander
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